El bruxismo es una patología que consiste en apretar de forma inconsciente la mandíbula o incluso rechinar los dientes, que se da generalmente mientras dormimos. Esto nos puede acarrear diversos problemas como desgaste en los dientes, dolor muscular o cefalea.
Esto reduce sus contracciones involuntarias, pero sin afectar en absoluto a la capacidad de masticar.
Aproximadamente 72 horas después, el paciente ya nota sus efectos, que pueden prolongarse entre cuatro y seis meses después de la sesión, lo que sin duda es una enorme ventaja sobre otros tratamientos como las férulas que requieren su uso diario.
